Compra del Brócoli:
El BRÓCOLI, es una hortaliza, del grupo de las coles verdes.
Frescura del Brócoli:
Se conoce en su textura firme y dura, de color verde intenso, sin partes amarillentas o cafés.
Al ir a comprar el producto en el supermercado, se aconseja:
- Observar que el sitio de exhibición, esté limpio y adecuadamente refrigerado.
- Escoger los productos, preferiblemente en este orden: Verduras, frutas, huevos, quesos y lácteos en general, después de los productos de despensa, pero antes de las carnes, aves, pescados y mariscos.
- Al llegar a su destino refrigerar, para que no se interrumpa la “cadena de frío” del mismo.
Usos:
Este vegetal siempre se debe suavizar porque es muy duro:
- Al vapor o blanqueado para ensaladas, cremas o salsas. También se utiliza para moldes gratinados con carne pollo o pescado o empanados, entre otros.
- Salteado (en poco aceite y/o mantequilla) al wok (sartén grande y hondo) para “verduras orientales”.
Almacenamiento del Brócoli:
- Entero en bolsa plástica.
- O retirar el exceso de tallo y hojas, partir en bocados y blanquear en agua hirviendo con sal o al vapor. Dejar enfriar y luego se colocar en un recipiente de vidrio o plástico con tapa y refrigerar.
- Su duración, refrigerado entero y crudo, 8-10 días aproximadamente. Refrigerado porcionado cocido, 3-5 días aproximadamente.
Conservación del Brócoli:
Duración del Brócoli:
8-10 días aproximadamente.
Tips:
- Antes de la cocción conviene remojar el brócoli en agua con vinagre para que salgan gusanitos de los tallos, si los tienen.
- Para cocinar el brócoli se debe hacer preferiblemente al vapor, en rejilla metálica o marmita de bambú, para que no toque el agua hirviendo y pierda nutrientes.
Se rocía con sal antes de la cocción, para conservar el color. Si no se cuenta con los medios para cocinarlo al vapor, colocarlo en agua con sal a punto de ebullición (hirviendo) para que conserve su color intenso, hasta que adquieran la textura crocante (no utilizar los tallos gruesos).
Nota:
- Sólo se puede congelar si se va a usar para cremas o salsas y después de cocido, porque cambia su textura y sabor.
- No utilizar los tallos gruesos porque son muy fibrosos.
- Revisar periódicamente el estado del producto para poder consumirlo a tiempo.
- No congelar crudo.