
Compra:
La PULARDA Y EL CAPÓN, son pollos cebados (tratamiento especial de engorde rápido). Su carne es suave y tierna por ser animales jóvenes y de buena raza. Los capones son castrados antes de los 6 meses.
Frescura de la PULARDA:
Se aprecia en la firmeza de su carne, olor agradable. Que su color no sea grisáceo.
Al ir a comprar el producto al supermercado se deberá tener en cuenta,
- Observar que la nevera donde se exhibe el producto, funcione adecuadamente (que esté enfriando).
- Observar la fecha de vencimiento del producto o caducidad del mismo, que no esté tapada, ni alterada, ni repisada. Escoger el producto con fecha lo más lejana posible.
- Revisar el empaque, que esté en óptimas condiciones, no sumido, averiado o golpeado. Tampoco con etiquetas rotas o desechas.
- Mirar que el empaque no esté inflado (soplado), porque esto es indicio de que el producto ya está en descomposición.
- Comprar el producto al final del mercado, para que no se interrumpa “la cadena de frío” del mismo.
No se debe dejar mucho tiempo expuesto al calor dentro del automóvil, ni fuera del congelador (porque se acorta su vida útil), máximo 30 minutos para no interrumpir “la cadena de frío” del pavo, lo que impide la proliferación de bacterias que causan enfermedades.
Si es posible se debe transportar en bolsa térmica y lejos de productos contaminantes como limpiadores, aceites para automóvil o gasolina ya que absorbe dichos olores.
Así mismo al llegar a su destino, colocarlas de inmediato en el refrigerador.
Usos:
Se preparan asados o en galantina. Se utilizan para grandes platos de buffet. O como plato fuerte (rellenos, en salsas), utilizando varias técnicas culinarias (asados, estofados, horneados) entre otros, porque se puede emplear cualquier método de cocción.
Almacenamiento de la PULARDA:
Por higiene, salubridad y para evitar contaminación y posibles intoxicaciones, se deben lavar las manos y/o colocarse guantes antes de comenzar a manipular la carne de ave.
Si se va consumir antes de 24-36 horas se deberá:
- Sacar el líquido que ha soltado en el paquete.
- Colocar en un recipiente con tapa que impida que sus jugos caigan sobre otros alimentos y se produzca una “contaminación cruzada”.
- Refrigerar en el sitio más frío de la nevera.
- De lo contrario, congelar en bolsa para tal efecto.
La congelación será efectiva siempre y cuando ya no estén presentes agentes patógenos.
Empacar sacando al máximo el aire que haya dentro de la bolsa.
Utilizar bolsa amplia, que no quede apretado el contenido dentro de ella.
Usar bolsas de plástico que se puedan sellar preferiblemente si se han de congelar por tiempo prolongado. Si es por corto tiempo (hasta 3 semanas) envueltos en papel de aluminio, con el lado opaco hacia el interior.
Congelar a temperaturas inferiores a 0°C ya que la congelación mantiene inactivos los microbios al disminuir el movimiento de las moléculas, impidiendo su crecimiento y el deterioro de las carnes y alimentos en general.
Para descongelar, se debe pasar del congelador al refrigerador, nunca a temperatura ambiente. Al descongelar las carnes, no se deben volver a congelar.
Conservación de la PULARDA:
Congelada. Refrigerada.
Duración de la PULARDA:
6 meses aprox. 24-36 h aprox.
Notas: Al irlos a manipular y preparar:
- Tenga gran cuidado al manipular la carne cruda de aves, porque la salmonella, microorganismo que hay en ella, se transmite a otros alimentos por contacto de esta carne o de utensilios usados y que no se hayan lavados adecuadamente. De igual manera se han de lavar muy bien las manos.
- Lavar todos los ingredientes que se vayan a adicionar.
- Cocinar a temperaturas adecuadas.
- Separar los alimentos crudos de los cocinados.
- Para saber si está perfecta la cocción, trinche el ave con un tenedor, si sale sangre complete la cocción porque aún está crudo y es perjudicial para la salud y la carne puede dañarse.
